Es un rollo…
–¿Por qué dices eso, Ana? –dijo Sal –Son Matemáticas.
–¡Las mates molan más que nada! –exclamó Ven.
–Y sirven para muchísimas cosas, como la Física –añadió el gafotas.
–Pues a mí no me gustan –protestó Ana –No quiero aprenderme las tablas de multiplicar…
–¿Quieres que te ayude a repasarlas? –se ofreció Sal.
–Si quieres, yo también me las sé –apuntó rápidamente el pequeño.
–¡Que no! –volvió a decir la niña –¡Que no me quiero estudiar las tablas!
–Pero, bueno –Mati acababa de llegar –¿Quién es esta chica tan guapa y tan enfadada?
–¡Hola, Mati! –dijo Ven –Es nuestra amiga Ana y está enfadada porque no quiere estudiarse las tablas de multiplicar.
–Vaya, ¡qué curioso! –respondió la pelirroja –Yo aprendí las tablas con una niña que se llamaba Ana.
–¿Te enseñó las tablas una niña, Mati? –preguntó Sal curioso.
–Una niña y un chico, Enrique y Ana –dijo Mati –Tenían canciones para todas las tablas y eran muy populares. Mi favorita era la del 9: “9 por 2, 18, en Febrero yo me abrocho…” –Mati dejó escapar un suspiro –Qué recuerdos…
–¿Me puedes cantar esas canciones? –pidió Ana un poco tímida.
–Huy, me temo que ya nos las recuerdo… –contestó Mati –Pero si quieres te enseño algunos trucos para recordar las tablas.
–Es que son muchas… –protestó la pequeña.
–Son sólo 10, Ana, no seas quejica… –le regañó Ven muy serio.
Bueno, eso sí… –aceptó Ana.
–Y la del 2 –añadió Ven –es sólo calcular el doble, Ana, ¿cuál es el doble de 7?
–Hombre, 14 –dijo la niña.
–Ea, pues eso es 2 por 7 –siguió el pequeño — ¿y el doble de 9?
–Pues, Ana –añadió Sal –si haces el doble del doble, es multiplicar por 4.
–¿Cómo? –preguntó Ana arrugando su naricita.
–Si quieres hace, por ejemplo, 4 por 6 –empezó a explicar el gafotas –Haces el doble de 6, ¿cuánto te sale?
–Dooooooce… –dijo Ana.
–Ahora haces el doble de 12, y te sale… –Sal dejó la frase en suspense para que Ana la terminara.
–Pues ya lo tienes, Ana –dijo el gafotas con cara de interesante –4 por 6 es 24. Y también 6 por 4, porque el orden no importa.
–¿A que molan las mates? –preguntó Ven emocionado.
–Bueno, un poco… –aceptó Ana con una bonita sonrisa.
Mati asistía orgullosa a la clase de los profesores Sal y Ven. el primero de éstos continuó.
–Pues ya verás, Ana. Para multiplicar un número por 3, primero calculas su doble, como al multiplicar por 2, y luego le sumas ese número. Por ejemplo, ¿cuánto es 3 por 7?
–El doble de 7 es 14… –pensaba la niña –más 7 es…14 más 6 es 20 y más 1, ¡21! ¡7 por 3 es 21! ¡y 3 por 7 es 21 también!
–¡Esta es mi chica! –dijo Ven guiñando un ojo.
–¡Ya sé! –dijo Ana de pronto –La del 5 es la del 4 pero sumando otra vez cada número.
–Bueno, sí –dijo Sal –Pero la del 5 es más fácil si vas saltando de 5 en 5 los números: 5, 10, 15, 20, 25, 30, 35, 40, 45… y buscas en esa lista el número que quieras, por ejemplo, el 4º es 20, entonces, 4 por 5 es 20. Y 5 por 4, claro.
–Ah, claro –dijo Ana –Así es facilísimo.
–
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